El anillo fimótico es la parte de tejido fimótico con células no elásticas que se crea alrededor del prepucio tras una infección, especialmente en casos de fimosis adquirida.
La fimosis se clasifica en dos tipos según su origen: congénito y adquirido.
El primero se presenta durante la juventud, cuando el prepucio presenta un crecimiento desigual al del pene y no permite descubrir por completo el glande. En la fimosis congénita no se presenta un anillo fimótico como tal, como sí ocurre, de manera claramente visible, en la fimosis adquirida.
En la base de la fimosis adquirida se sitúan causas que tienen lugar tras el desarrollo normal de la pubertad. Por lo general se trata de causas vinculadas a infecciones del glande o del prepucio, que a veces curan dejando pequeñas cicatrices. Las cicatrices pueden degenerar hasta la formación de una fimosis completa.
La presencia del anillo fimótico impide el deslizamiento del prepucio sobre el glande, factor que provoca dificultades para llevar a cabo una adecuada higiene del pene, dolor en las erecciones e impide una actividad sexual normal.
La formación del anillo fimótico
Como ya se ha mencionado, en la edad adulta nos encontramos en la mayoría de ocasiones ante una fimosis resultante de una infección tratada tarde o mal. Después de la infección, comienza a formarse sobre el prepucio un anillo de células cada vez menos elásticas que, con el paso del tiempo, pueden ganar «rigidez», hasta crear un auténtico lazo alrededor del glande.
En los peores casos nos encontramos ante un estrangulamiento del glande tan fuerte como para requerir una cirugía de emergencia (parafimosis).
Sobre todo al principio, cuando la fimosis todavía no es completa, el hombre trata de solucionarlo por su cuenta, forzando el prepucio y aplicando cremas para la fimosis de forma ocasional, Sin embargo, estas medidas terminan provocando el efecto contrario.. Al forzar el anillo fimótico se pueden crear pequeñas laceraciones que pueden infectarse, endureciendo todavía más el tejido fimótico.
Se debe evitar en cualquier caso el uso de terapias autónomas y caseras, puesto que pueden terminar empeorando la situación. Si se interviene a tiempo, se puede bloquear el proceso de crecimiento del tejido fimótico y dar lugar a una regresión completa del anillo fimótico. Siempre es aconsejable consultar a un médico para que evalúe el tratamiento más efectivo para solucionar el problema.
Cómo curar el tejido fimótico
En los casos de fimosis adquirida, los médicos recomiendan la cirugía, una práctica ya consolidada que se realiza de forma ambulatoria. Esta intervención consiste en la extirpación quirúrgica del prepucio o de la parte rodeada por el tejido fimótico, mediante circuncisión total o parcial.
No hay duda de que la práctica de la circuncisión elimina el problema de fimosis, pero no tiene en consideración la tensión psicológica que genera en el paciente, así como la pérdida de sensaciones a nivel sexual y de la acción protectora del glande. Para el paciente, la entrada en quirófano es siempre una dura experiencia, por lo que la circuncisión debería reservarse únicamente para casos de emergencia y cuando sea absolutamente inevitable.
Phimostop nace para ofrecer una alternativa a las operaciones de fimosis. El dispositivo médico se ha diseñado mediante la aplicación de la conocida capacidad del organismo de modificarse de forma permanente como resultado de constricciones dilatadoras, aplicadas en este caso sobre el prepucio.
Acción del fimostop sobre las células inelásticas
Gracias a la utilización de unos instrumentos de diseño específico que reciben el nombre de tuboides, Phimostop interviene justo sobre el anillo fimótico. La acción del dispositivo médico se centra en las células anelásticas del tejido fimótico y, gracias a un constante y leve proceso de dilatación, las células anelásticas reducen su presencia, dejando paso a nuevas células elásticas.
La creación de nuevas células elásticas permite que la piel vuelva a deslizarse libremente sobre el glande sin más obstáculos e impedimentos, exactamente igual que cuando aún no había aparecido la fimosis.
Phimostop se compone de 22 tuboides, específicamente diseñados para adaptarse a la anatomía del glande, que permiten una acción dilatadora progresiva en el anillo fimótico. Los tuboides pueden colocarse con facilidad y, gracias a un sistema de fijación especialmente estudiado y patentado, se mantienen en su sitio durante todo el día, permitiendo al hombre practicar cualquier actividad.
Phimostop es el único dispositivo médico para el tratamiento de la fimosis validado por el Ministerio de Salud italiano y validado por investigaciones clínicas realizadas por la Universidad Tor Vergata de Roma y publicadas internacionalmente en “Translational Andrology and Urology”.